Terceros molares, comúnmente conocidos como muelas del juicio.

 

Durante cientos de años los seres humanos han evolucionado al igual que sus costumbres alimenticias, antiguamente los alimentos tenían consistencia más dura que los actuales y la estructura facial, por consecuencia la estructura de los maxilares era más fuerte y de mayor tamaño. De esa manera se ha comprobado que contaban con un molar más (cuarto molar) de lo que ahora se conoce como tercer molar (muela del juicio)

 

Debido a la evolución, y a los alimentos procesados se requiere menor esfuerzo para realizar la masticación, motivo por el cual muy frecuentemente quedan atrapados dichos terceros molares o se encuentran en posición horizontal y algunas veces ya no se forman. La edad promedio de formación y crecimiento de las muelas del juicio son alrededor de los 15 años, por lo que se recomienda valorar por medio de radiografías la posición y detectar a tiempo posibles complicaciones futuras, siendo la adolescencia la edad más adecuada para dichos estudios y en caso de comprobar la necesidad de extraerlas. Dicho procedimiento no debe exceder de 10 minutos realizándolo absolutamente sin dolor.

 

Las complicaciones más frecuentes por terceros molares en mala posición son:

 

 

a) Destrucción por reabsorción del Molar que le sigue hacia el frente

b) Formación de quistes y tumores lo cual Puede provocar destrucción del hueso de la mandíbula o maxilar.

c) Atrapamiento de alimento, lo cual provoca (halitosis), mal olor y sabor de boca

d) Movimientos dentales no deseados

e) Inflamación de la encía, dolor y sangrado

f) Infección del área con o sin presencia de pus.

 

En personas que desempeñan deportes de alto impacto como son: box, karate, foot ball , etc., se recomienda extraer las muelas del juicio aunque no tengan complicación alguna ya que aumenta la posibilidad de fractura del ángulo de la mandíbula , en caso de recibir un golpe en el área facial.

 

Los tratamientos de ortodoncia (frenos dentales), frecuentemente requieren la extracción de dichos molares para evitar que la presión ejercida hacia el frente provoquen movimientos indeseados y/o fracasos de dichos tratamientos de ortodoncia, no existe un tiempo especial ya que se pueden realizar al inicio del tratamiento, durante, o al finalizarlo según sea la preferencia e indicación del especialista en ortodoncia.

Dentro de complicaciones la más agresiva y peligrosa es la infección del área, ya que puede provocar además de dolor e imposibilidad para masticar, destrucción del hueso e invasión hacia cara y cuello, y si no se controla en un corto plazo puede poner en peligro la capacidad de respirar del paciente, y en casos graves la vida del paciente.

Si usted detecta inflamación, dolor, o imposibilidad para abrir la boca, busque ayuda para evaluar a tiempo la posibilidad de presentar infecciones y abscesos cervicofaciales.

Paciente mayores de 40 años se tiene que evaluar cada caso con un criterio diferente ya que si no existe síntomas de dolor-inflamación o reabsorción del molar de junto puede indicarse no extraerlo tan solo realizar radiografías de control cada año.

 

Posterior a la extracción molar el paciente puede experimentar inflamación y molestias lo cual se controla totalmente con medicamentos que se prescriben en algunos casos previamente al procedimiento, como son antibióticos, analgésicos-antiinflmatorios y enjuagues bucales especiales.

 

Cada paciente es diferente por lo que se requiere la evaluación previa y el interrogatorio (historia clínica), para determinar el mejor tratamiento, y así disminuir ampliamente la posibilidad de complicaciones. Es importante mencionar que el cirujano oral y maxilofacial es el profesional altamente calificado para realizar dichas extracciones, y brindar a nuestros pacientes máximo beneficio.