Los quistes a nivel de los maxilares es una alteración relativamente frecuente, de etiología benigna, y de fácil resolución. Solo en casos muy poco frecuentes, estos quistes ya sea por el tamaño o por el tipo de tejido pueden comportar secuelas más graves como pérdida de dientes, de tejido óseo o incluso invadir estructuras vecinas.

 

En la mayoría de ocasiones los quistes tienen un origen dental. Se produce a consecuencia de la extensión de la infección que afecta el diente y al hueso que rodea éste. El diente esta afectado por una caries profunda, por un fracaso o por una imposibilidad técnica a nivel de la endodoncia (tratamiento de conductos del diente).

 

Nuestro objetivo es realizar la exéresis del quiste, en la mayoría de los casos salvar el diente afecto, y reconstruir las regiones afectadas para que no exista ninguna secuela. El cirujano valorará cada caso individualmente, con especial atención al origen de la infección, y a la extensión y afectación de estructuras vecinas del quiste.

 

Para ello, habitualmente se requiere de la realización de un escaner que nos aporta una información más detallada que la Ortopantomografía (panorámica dental). La exéresis del quiste requiere en cada caso tratamientos diferentes dependiendo del estado del diente, de la endodoncia, del tamaño del quiste, de su origen, de la afectación de dientes vecinos, … etc.

Las glándulas salivares ejercen un papel fundamental gracias a su secreción en los procesos de humidificación oral, de ingestión y digestión de los alimentos. Las podemos dividir en glándulas salivales mayores (submaxilar, sublingual y parótida) y menores (repartidas por toda la boca).